El niño vivió todo el tiempo que estuvo con su padre odiándolo, considerándolo
poca cosa, y teniéndolo en un concepto bastante bajo, de poca inteligencia.
Deseaba nunca llegar a ser como él, puesto que lo consideraba podre, aunque
trabajaba más que los padres de sus amigos, quienes tenían mucho más dinero.
Lo que no sabía este niño es que
el padre le estaba enseñando a ser una persona de bien, a apreciar lo que le
daba y que el dinero cuesta trabajo ganarlo, pero que de nada sirve el dinero
si no se logra felicidad con él, y está se comparte con todos.
El niño inevitablemente se convirtió en un joven que apenas consiguió
un lugar en la universidad se fue sin siquiera despedirse de su padre, en
busca de conseguir ser más exitoso y adinerado que su padre, puesto que lo último
que quería ser era parecerse a él.
Al final del cuentas el padre
murió, solo sin hijo, puesto que este nunca
se apareció a visitarlo en ningún a de las muchas ocasiones en las que él lo
invitaba a visitarlo.
Recibió un sinfín de cartas de
agradecimiento y reconocimientos por todas las buenas acciones que había hecho.
Lo cual no comprendía el niño, pero al asistir a la dirección que se le
indicaba, pudo al fin saber quién era en realidad su padre.
Resulta que su padre siempre había
trabajado muchísimo tiempo, no porque necesitara dinero de más, sino porque
siempre prefería trabajar un poco más y así poder ayudar a las personas que
necesitaban de comida y ayuda por alguna enfermedad, por lo que siempre donó dinero, comida y tiempo a
personas necesitadas, ya que incluso se vestía de payaso para ir y divertir a
niños enfermos. Un verdadero héroe el cual este niño nunca pudo aprender a
valorar.
PUBLICIDAD
Compártelo
Tweet